Equipos de refrigeración para hostelería: la cadena del frío.
Los equipos de refrigeración de los establecimientos que se dedican al sector de la hostelería deben funcionar perfectamente para garantizar una óptima conservación de los alimentos perecederos que van a cocinar. De ahí que contar con una empresa de confianza como la nuestra que se encargue del instalación, mantenimiento y revisión de estos equipos resulte tan importante.
Y basándonos precisamente en nuestra experiencia en la instalación de cámaras frigoríficas en Fuenlabrada, hoy nos gustaría contarte por qué en este sector, más que ningún otro, respetar la cadena del frío se convierte en una prioridad. ¿Conoces exactamente a lo que hace referencia este término? Te lo contamos aquí.
¿Qué es la cadena del frío?
La cadena del frío hace referencia al conjunto de pasos que se deben seguir en materia de refrigeración y congelación para garantizar que un alimento perecedero que no va a ser consumido en el momento, se refrigere o se congele de forma correcta para que sus propiedades nutritivas no se vean alteradas.
Dicho de otra forma, hablar de la cadena del frío es hablar del protocolo que debe ponerse en práctica para que alimentos como la carne de un animal, el pescado recién salido de la lonja o las verduras recolectadas en la huerta, se conserven en perfecto estado y calidad.
Por eso, la cadena del frío se inicia en el momento de la recogida del alimento, continúa durante su transporte y debe prolongarse durante su fase de almacenamiento, venta y postventa. Solo así se puede garantizar la máxima seguridad del alimento cuando llegue el momento de su consumo final.
¿Qué ocurre cuándo se rompe la cadena del frío?
Cuando la cadena del frío se rompe porque no se respetan las temperaturas adecuadas para la conservación del alimento refrigerado o congelado, la calidad del mismo puede verse seriamente perjudicada y es muy probable que en él se desarrollen microorganismos, virus, bacterias y otros agentes patógenos dañinos para la salud de quienes lo consuman. Todos conocemos las terribles consecuencias que puede tener ingerir un alimento en mal estado.
Por eso, cada parte implicada en el proceso, desde el camión que transporta el pescado hasta el supermercado o el restaurante que lo recibe, deben contar con equipos de refrigeración que funcionen correctamente y que mantengan el producto a una determinada temperatura para que esta cadena no se rompa y no se ponga en peligro la salud de los consumidores finales.
En el caso de bares y restaurantes que almacenan alimentos perecederos para poder preparar los platos de su carta, la instalación de equipos de primera calidad es una prioridad para tener la total certeza de que van a cocinar alimentos sanos, seguros y conservados en perfecto estado.
Y tal y como iniciábamos este post, esto solo es posible si todas las partes cuentan con equipos de refrigeración comercial e industrial que funcionen correctamente. En Jumafri somos los que contribuimos a la parte final de esta cadena de conservación. Somos el eslabón que está al lado de comercios de hostelería e industrias, contribuyendo con nuestra amplia gama de cámaras de refrigeración a que este proceso no se vulnere.